THAYS PEÑALVER | EL UNIVERSAL
jueves 28 de octubre de 2010 04:29 PM
Luego de una grotesca borrachera de gasto público solo comparable con la ocurrida por los 6 gobiernos anteriores, en apenas 10 años luce por lo demás injusto ver a Venezuela siempre en los últimos lugares de las listas mundiales acompañado de los países que históricamente han tenido muy mala suerte, guerras y hambrunas, cuando lo importante es si somos felices o no.
Los 26 ranking e índices globales más difundidos le indican al mundo cómo vernos, es la forma de estudiarnos, la vía que usan las empresas de turismo extranjero para ofrecer sus paquetes, las industrias para invertir, los gobiernos para apoyar a otros, los organismos multilaterales para medir nuestros avances, etc. Luego de diez años de revolución, Venezuela es vista por los extranjeros como el último lugar para invertir en el continente (1), el último destino turístico a ofrecer (2), como el más inseguro (3), entre los países con más narcotráfico (4), como el que más roba propiedad intelectual (5), el penúltimo en innovación (6), el último en prosperidad (7), el penúltimo en potencial para los jóvenes emprendedores (8), el último en gobernabilidad y democracia (9).
Los venezolanos siempre nos hemos sentido muy bien siendo venezolanos, pero los extranjeros nos ven como los más violentos (10), los más corruptos e ingobernables del continente (11), para ellos no somos demócratas (12), tampoco somos una nación pacífica (13), estamos entre los 15 mayores compradores de armas del mundo (14) y estamos entre los menos competitivos del planeta (15); de hecho nos comparan siempre con los menos afortunados del continente africano. De acuerdo a ellos somos los menos transparentes (16), entre los últimos 20 que tienen el pensamiento más subdesarrollado (17), los que económicamente son más vulnerables (18), estamos entre los primeros usuarios de Twitter y redes sociales; pero somos los penúltimos en estar preparados para el reto tecnológico (19); el venezolano es visto entre los últimos del planeta en libertades económicas (20); tampoco cree mucho en la libertad de prensa (21) y de 0 a 100 está solo a 9 puntos de ser considerado un Estado fallido (22).
La suma de los estudios internacionales (23) y los barómetros (24) dan cuenta de que la mayoría de los venezolanos desconfiamos de la policía, de la justicia, del Gobierno, del Congreso, de los empresarios, también estamos entre los que menos confiamos en las ONG's, los sindicatos, los que menos creemos en la ONU, la OEA. No tenemos imagen positiva de nadie y aunque igualmente nos disgustan, los rusos tienen mejor facha que los norteamericanos y que los europeos; aun cuando aún no hemos visto el primer ruso.
Pese a todo esto, la revolución logró su objetivo. El venezolano está entre los más felices del planeta (25), en el puesto 25 entre 200 como los más satisfechos con la vida (26), entre los más optimistas (27) según los índices somos más felices y estamos más satisfechos que los norteamericanos, que la mayoría de los europeos y que el total de los asiáticos.
Hace ya unos años que el Presidente arengó desde su improvisada tarima el celebre: "los vamos a volver locos"; vamos a sincerarnos amigo lector, mire que lo ha logrado. Esperemos que los venezolanos salgamos de esta locura temporal, más causada por la borrachera de este festín de reales para que podamos todos sentarnos a repensar este país al que tanto amamos y trabajar para que los extranjeros dejen de pensar todas esas barbaridades de nosotros.
Twitter: @thayspenalver
Correo: tpenalver@me.com
viernes, octubre 29, 2010
Chavez, el mejor amigo de Colombia
VLADIMIRO MUJICA
En verdad que uno siempre tiene que mirar detrás de las verdades aparentes para encontrar la verdad verdadera. Con todo el conflicto y las amenazas de guerra del gobierno venezolano contraColombia, con la suspensión de relaciones comerciales entre ambos países, con la continua tensión diplomática, en fin, con todo lo que ha ocurrido en los últimos años, uno podría pensar que la conducta venezolana le ha infligido un daño importante a Colombia. Esa sería la verdad aparente.
La verdad verdadera es que Colombia está camino a encontrar otros mercados y que la posición internacional venezolana es cada vez más endeble en relación con el conflicto entre los dos países por la cuestión de la guerrilla. Pero mucho más allá de eso la situación de inestabilidad en Venezuela ha conducido a un flujo muy importante de valores, empresas y gente en dirección a Colombia. Es cuestión de pasearse por Bogotá y contar el número de Farmatodos. Es darle una leidita a la información estampada en los paquetes de Harina PAN indicando que ahora se fabrica en Colombia. Pero sobre todo es asunto de intentar contar el sinnúmero de profesionales venezolanos que se han establecido en Colombia. Especial atención merece el caso de los ex trabajadores expulsados de Pdvsa: Casi se puede afirmar que el incremento en la producción de crudo en Colombia está directamente relacionado con la presencia en ese país de ingenieros y gerentes venezolanos conocedores del negocio y la industria petrolera. Mientras en Venezuela las posiciones claves se ponen cada vez más en manos de gente mediocre e insuficientemente preparada, Venezuela ha exportado una cantidad sustancial de capital humano a Colombia. De hecho uno podría afirmar que Chávez es el mejor amigo de Colombia, tal es el empuje que le ha dado al desarrollo social y económico de nuestros vecinos.
Pero sería injusto referirnos solamente al caso colombiano.
Nuestro gobierno no solamente regala dinero a manos llenas a sus amigotes políticos sino que ayuda con el desarrollo de otras naciones. Una pequeña anécdota: Un eminente cardiólogo venezolano había estado preparando durante años a un equipo seleccionado de cuatro intensivistas de primera línea. Hoy todo el equipo está en España. Nuestros odontólogos no bien terminan de graduarse y ya tienen ofertas de trabajo en varios países europeos.
Los ex petroleros son responsables en buena parte del boom de producción en las arenas bituminosas de la provincia de Alberta en Canadá. El activo más valioso de un país, su gente más preparada, está emigrando de una Venezuela que no solamente se ha convertido en un lugar peligroso para vivir sino que reniega de ellos como si se tratara de una peste. Ese es el país que la oligarquía chavista nos pretende vender como la tacita de plata de la revolución internacional contra el capitalismo que dirige el Comandante Chávez.
Espero que quienes me leen no me tomen a mal. No puedo alegrarme de una situación que compromete seriamente las posibilidades de recuperación de Venezuela. En realidad es algo que me entristece profundamente. Uno piensa que vendrán otros tiempos. Tienen que venir otros tiempos donde la sangría de talento se detenga y nuestra gente regrese. Para eso hay también mucha gente trabajando.
En verdad que uno siempre tiene que mirar detrás de las verdades aparentes para encontrar la verdad verdadera. Con todo el conflicto y las amenazas de guerra del gobierno venezolano contraColombia, con la suspensión de relaciones comerciales entre ambos países, con la continua tensión diplomática, en fin, con todo lo que ha ocurrido en los últimos años, uno podría pensar que la conducta venezolana le ha infligido un daño importante a Colombia. Esa sería la verdad aparente.
La verdad verdadera es que Colombia está camino a encontrar otros mercados y que la posición internacional venezolana es cada vez más endeble en relación con el conflicto entre los dos países por la cuestión de la guerrilla. Pero mucho más allá de eso la situación de inestabilidad en Venezuela ha conducido a un flujo muy importante de valores, empresas y gente en dirección a Colombia. Es cuestión de pasearse por Bogotá y contar el número de Farmatodos. Es darle una leidita a la información estampada en los paquetes de Harina PAN indicando que ahora se fabrica en Colombia. Pero sobre todo es asunto de intentar contar el sinnúmero de profesionales venezolanos que se han establecido en Colombia. Especial atención merece el caso de los ex trabajadores expulsados de Pdvsa: Casi se puede afirmar que el incremento en la producción de crudo en Colombia está directamente relacionado con la presencia en ese país de ingenieros y gerentes venezolanos conocedores del negocio y la industria petrolera. Mientras en Venezuela las posiciones claves se ponen cada vez más en manos de gente mediocre e insuficientemente preparada, Venezuela ha exportado una cantidad sustancial de capital humano a Colombia. De hecho uno podría afirmar que Chávez es el mejor amigo de Colombia, tal es el empuje que le ha dado al desarrollo social y económico de nuestros vecinos.
Pero sería injusto referirnos solamente al caso colombiano.
Nuestro gobierno no solamente regala dinero a manos llenas a sus amigotes políticos sino que ayuda con el desarrollo de otras naciones. Una pequeña anécdota: Un eminente cardiólogo venezolano había estado preparando durante años a un equipo seleccionado de cuatro intensivistas de primera línea. Hoy todo el equipo está en España. Nuestros odontólogos no bien terminan de graduarse y ya tienen ofertas de trabajo en varios países europeos.
Los ex petroleros son responsables en buena parte del boom de producción en las arenas bituminosas de la provincia de Alberta en Canadá. El activo más valioso de un país, su gente más preparada, está emigrando de una Venezuela que no solamente se ha convertido en un lugar peligroso para vivir sino que reniega de ellos como si se tratara de una peste. Ese es el país que la oligarquía chavista nos pretende vender como la tacita de plata de la revolución internacional contra el capitalismo que dirige el Comandante Chávez.
Espero que quienes me leen no me tomen a mal. No puedo alegrarme de una situación que compromete seriamente las posibilidades de recuperación de Venezuela. En realidad es algo que me entristece profundamente. Uno piensa que vendrán otros tiempos. Tienen que venir otros tiempos donde la sangría de talento se detenga y nuestra gente regrese. Para eso hay también mucha gente trabajando.
miércoles, octubre 27, 2010
El apaciguamiento y la contemporización
(Alemania 1933-1939 / Venezuela 1999-2012)
El apaciguamiento y la contemporización lo que produce es el conflicto, sea interno como externo. Eso fue lo que practicaron la mayoría de los países en particular, Inglaterra, a partir de 1933 con la Alemania nazi; así como los Estados Unidos de Norte América con su política de aislamiento, en consecuencia se hicieron corresponsables de la mayor tragedia en la historia de la humanidad: la Segunda Guerra Mundial como del holocausto.
La historia hay que contarla para que no se olvide y no se repita en alguna otra parte del mundo. Venezuela pudiera convertirse en el detonante de ese futuro conflicto.
Cuando Adolfo Hitler alcanzó el poder en Alemania en 1933, era un rompecabezas. Aquellos que pensaron que lo entendían, resulto que no lo entendieron en absoluto, aún cuando, todo lo había escrito en su libro Mein Kampf. Muchos pensaron que era un farsante y un charlatán, el demagógico caudillo de un partido de protesta sin programa político coherente y muchos pensaban que podían controlarlo. Salvo algunas excepciones como Winston Churchill, visualizaron lo que se proponía y de la verdadera dimensión de la amenaza que planteaba para la paz de Europa. Todos, se dieron cuenta después de 1939 de la dimensión de un error de juicio tan calamitoso y tan costoso para el mundo.
El apaciguamiento y la contemporización lo que produce es el conflicto, sea interno como externo. Eso fue lo que practicaron la mayoría de los países en particular, Inglaterra, a partir de 1933 con la Alemania nazi; así como los Estados Unidos de Norte América con su política de aislamiento, en consecuencia se hicieron corresponsables de la mayor tragedia en la historia de la humanidad: la Segunda Guerra Mundial como del holocausto.
La historia hay que contarla para que no se olvide y no se repita en alguna otra parte del mundo. Venezuela pudiera convertirse en el detonante de ese futuro conflicto.
Cuando Adolfo Hitler alcanzó el poder en Alemania en 1933, era un rompecabezas. Aquellos que pensaron que lo entendían, resulto que no lo entendieron en absoluto, aún cuando, todo lo había escrito en su libro Mein Kampf. Muchos pensaron que era un farsante y un charlatán, el demagógico caudillo de un partido de protesta sin programa político coherente y muchos pensaban que podían controlarlo. Salvo algunas excepciones como Winston Churchill, visualizaron lo que se proponía y de la verdadera dimensión de la amenaza que planteaba para la paz de Europa. Todos, se dieron cuenta después de 1939 de la dimensión de un error de juicio tan calamitoso y tan costoso para el mundo.
El apaciguamiento (appeasement), practicado por los políticos y la gente adversas al régimen nazi en Alemania y por las potencias occidentales; aunada a la política de contemporización con Hitler, permitieron la maduración del régimen nazi y en ese interregno: la persecución de la iglesia cristiana, la pacificación de la cultura, el control de la prensa, la radio y el cine, la educación, la economía, la servidumbre del trabajo, la policía y la fuerza armada, la justicia, la ruptura del Tratado de Versalles que produjo el fait accompli, es decir el rearme alemán que se corono con la promulgación de la ley que establecía el servicio militar obligatorio. Comenzó el control de la Renania, la zona del Rin (2 de marzo de 1936), Austria (11 de marzo de 1938), los Sudestes (acuerdo de Múnich, 28 de noviembre de 1938). La Noche de los Cristales Rotos se desarrolla desde el 9 al 10 de noviembre de 1938, donde se quemaron centenares de sinagogas, se destruyeron tiendas y otros propiedades judías, se asesinaron centenares de judíos, a otros se les forzaron al suicidio y millares fueron maltratados, deteniéndose a más de 30.000 varones internándolos en campo de concentraciones.
Los demás fueron reducidos a las penurias de los parias, despojándolos de la condición humana. El 15 de marzo de 1939 las tropas alemanas irrumpen en Bohemia Moravia y Praga, desapareciendo Checoslovaquia. El 23 de marzo ocupa, en Lituania el puerto de Memel y el 22 de mayo firma el Pacto de Acero con la Italia de Mussolini.
A partir de esta fecha Adolfo Hitler era indetenible, se había entrampado en su propia historia, pero también al mundo. El 23 convoca a sus jefes militares a Berlín y les anuncia que ya no se podía conseguir nuevos éxitos sin derramamiento de sangre, como si ya no las hubiera derramada, la guerra se hacía inevitable. Preparándose para ello, suscribe con los soviéticos el 21 de agosto de 1939 el pacto de no agresión y en el Protocolo Adicional Secreto (Pacto Ribbentrop-Mólotov), la repartición de los territorios pertenecientes a los Estados Bálticos (Finlandia, Estonia, Letonia y Lituania) así como toda la frontera de influencia de la Europa Oriental, ambos se habían puesto de acuerdo con el reparto de Polonia.
A pesar que Hitler había logrado la mayor concentración de poder como de armas y hombres entre 1933 y principios de 1939 y había violado todos los acuerdos suscritos, las democracias occidentales y en particular, Inglaterra, continuaron con la política de apaciguamiento y de contemporización, hasta que en la mañana del 1 de septiembre de 1939 se abatieron sobre Polonia un millón y medio de soldados alemanes. Con la invasión de Polonia, esa noche del 1 de septiembre, Inglaterra y Francia se vieron obligados a declararle la guerra, pero los Estados Unidos continuo con su política de aislamiento y la Unión Soviética que había firmado con Alemania el Pacto de no Agresión, se mantuvieron al margen. Esa política timorata (1933-1939) les hizo cómplices: tanto a los alemanes, civiles y militares junto a las naciones occidentales, de la mayor tragedia de la humanidad.
La historia pareciera querer repetirse, en este caso en nuestro país. A esta altura de su tragedia, todavía sus nacionales civiles y militares, ambos, por no estar a la altura de sus responsabilidades ciudadanas, como de las naciones, por estar atadas al chantaje de las seudos democracias de izquierda y al uso que éstas le dan al concepto de la democracia populista y de su utilización como un medio para alcanzar el socialismo=comunismo, a través del aprovechamiento fraudulento de los procesos electorales. Por una parte y por la otra, el estiércol del diablo, el petróleo, que se utiliza como arma de guerra y de chantaje, hacen que los venezolanos y las naciones se vean entrampadas en practicar el “apaciguamiento como la contemporización” con el régimen de Chávez.
No hay necesidad de enumerar nuevamente lo que el régimen chavista ha destruido en estos casi 12 años y lo que ha avanzado en la construcción del socialismo=comunismo. El país y las naciones lo conocen, solamente cabe preguntar si con esta última gira presidencial, continúan pensando en el “apaciguamiento y la contemporización” con el régimen como medio para evitar el conflicto o esperarán que el desarrollo de la energía nuclear anunciada en Moscú, se empleará para fines pacíficos o para desencadenar el conflicto, no se dan cuenta que Irán utiliza al sociópata para sus fines inconfesables y en algún momento el mundo ardera. Será que la estupidez humana, como decía Albert Einstein, es infinita y esperarán diciembre de 2012, para darse cuenta de su estupidez. Por cierto, nuestra Casa que vence las sombras, la Universidad Central de Venezuela como a las demás universidades del país, que constituyen el último reducto de la inteligencia, les llegó su turno a través de conciertos y de Mercal, por fin el régimen se las ingenio para que paulatinamente perdieran su autonomía. Según el teniente coronel, la Casa que vence las sombras, no es la UCV sino la Academia Militar. Así están las cosas: “apaciguamiento y contemporización”.
Alfredo García Deffendini
A pesar que Hitler había logrado la mayor concentración de poder como de armas y hombres entre 1933 y principios de 1939 y había violado todos los acuerdos suscritos, las democracias occidentales y en particular, Inglaterra, continuaron con la política de apaciguamiento y de contemporización, hasta que en la mañana del 1 de septiembre de 1939 se abatieron sobre Polonia un millón y medio de soldados alemanes. Con la invasión de Polonia, esa noche del 1 de septiembre, Inglaterra y Francia se vieron obligados a declararle la guerra, pero los Estados Unidos continuo con su política de aislamiento y la Unión Soviética que había firmado con Alemania el Pacto de no Agresión, se mantuvieron al margen. Esa política timorata (1933-1939) les hizo cómplices: tanto a los alemanes, civiles y militares junto a las naciones occidentales, de la mayor tragedia de la humanidad.
La historia pareciera querer repetirse, en este caso en nuestro país. A esta altura de su tragedia, todavía sus nacionales civiles y militares, ambos, por no estar a la altura de sus responsabilidades ciudadanas, como de las naciones, por estar atadas al chantaje de las seudos democracias de izquierda y al uso que éstas le dan al concepto de la democracia populista y de su utilización como un medio para alcanzar el socialismo=comunismo, a través del aprovechamiento fraudulento de los procesos electorales. Por una parte y por la otra, el estiércol del diablo, el petróleo, que se utiliza como arma de guerra y de chantaje, hacen que los venezolanos y las naciones se vean entrampadas en practicar el “apaciguamiento como la contemporización” con el régimen de Chávez.
No hay necesidad de enumerar nuevamente lo que el régimen chavista ha destruido en estos casi 12 años y lo que ha avanzado en la construcción del socialismo=comunismo. El país y las naciones lo conocen, solamente cabe preguntar si con esta última gira presidencial, continúan pensando en el “apaciguamiento y la contemporización” con el régimen como medio para evitar el conflicto o esperarán que el desarrollo de la energía nuclear anunciada en Moscú, se empleará para fines pacíficos o para desencadenar el conflicto, no se dan cuenta que Irán utiliza al sociópata para sus fines inconfesables y en algún momento el mundo ardera. Será que la estupidez humana, como decía Albert Einstein, es infinita y esperarán diciembre de 2012, para darse cuenta de su estupidez. Por cierto, nuestra Casa que vence las sombras, la Universidad Central de Venezuela como a las demás universidades del país, que constituyen el último reducto de la inteligencia, les llegó su turno a través de conciertos y de Mercal, por fin el régimen se las ingenio para que paulatinamente perdieran su autonomía. Según el teniente coronel, la Casa que vence las sombras, no es la UCV sino la Academia Militar. Así están las cosas: “apaciguamiento y contemporización”.
Alfredo García Deffendini
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