La semana del 3 al 9 de mayo de 2009
Los líderes políticos, los propietarios, los militares y los policías
Viene Luis Vicente León a decirnos que resulta que Chávez sigue siendo tan popular como antes, cuidado si más. Que tras semanas de bombas lacrimógenas, de tomar acciones que demuestran claramente que su gobierno camina paso a paso y sin pausas hacia el comunismo, de prácticamente empujar a Manuel Rosales a Lima y a Antonio Ledezma fuera de la Plaza Bolívar, sigue siendo popular entre más de la mitad de los venezolanos.
La semana pasada fue violenta. No sólo y no tanto por la actuación policial y militar, y por los asesinatos, sino porque ni Hugo Chávez ni su proceso de aumento del control personal se detuvieron; al contrario, continuaron ganando terreno con claridad, dureza y determinación.
No vamos a repetir que es un camino hacia la perdición, que al gobierno se le enredan las cosas, que gana enemigos. Ya eso lo hemos dicho a nuestros lectores dominicales para que después venga la gente de Datanálisis a decir que Chávez es más popular que hace unos meses.
Es que todo eso es verdad.
Chávez no dirige su gobierno y su captación de poder hacia donde debería desde una perspectiva gerencial y democrática, sino hacia donde cree que debe hacerlo desde el punto de vista de consolidación y ampliación de su poder. Para un jefe militar una posición no se
conquista sólo en parte, una guerra no se gana sólo a medias. Por eso el Comandante en Jefe Chávez maneja sus tropas y elabora sus estrategias hacia la conquista total de la posición.
Y lo hace con todas las armas y recursos a su disposición; las fuerzas militares, su partido, las apetencias de poder y de usufructo de hombres y mujeres a su servicio -que después pueden ser echados a un lado, enjuiciados, aplastados, si se ponen pesados, si dejan de ser útiles o si hay riesgo de que se pasen al enemigo, y habrá quienes ocupen sus posiciones-, los dineros del gobierno, y los usa con estrategias y pensamiento militares. Empezando por no ver al contrario como un rival, como un adversario, como alguien que piensa diferente, sino como un enemigo. Y con un enemigo no se dialoga, excepto cuando está totalmente derrotado y sin fuerza. Y cuando ese enemigo está aplastado e incapaz de reaccionar, dialogar es un acto voluntario de caridad, no una necesidad.
¿Por qué sigue siendo tan popular?
Porque las tropas, siempre, aman, idolatran, al comandante triunfador. Miles de franceses murieron, fueron heridos, quedaron lisiados y destruídos para siempre en los campos de Europa, sus familias y su país desmantelados, pero los soldados franceses amaron y siguieron al Emperador, al Comandante, a Napoleón. Patton trató con dureza, con la más estricta disciplina a sus soldados y oficiales; los obligó a hacer marchas forzadas extenuantes para que su III Ejército se adelantara a todos para llegar a Palermo primero, a Bastogne después, a Alemania finalmente, donde si no entró antes que todos los demás, fue porque recibió órdenes estrictas de parar. Y sus agotados soldados y oficiales lo idolatraron.
Para las bases chavistas, y para los chavistas lealmente fervorosos y los que sólo están por conveniencia, Chávez es un comandante triunfador. Cada vez que toma una planta de Polar, invade y expropia una hacienda de Vollmer, cierra un canal de televisión o simplemente
impone una cadena nacional en horario estelar, para los chavistas su comandante está ganando otra batalla. Y ellos con él.
Porque, además, cada vez que hace algo de eso, Chávez deja bien claro que lo hace en nombre del pueblo, como líder que se preocupa por el pueblo y conquista para ese pueblo el petróleo, el gas, las tierras, las lanchas petroleras. Y si conquistó todo eso ahora, conquistará
mucho más para el pueblo mañana, y pasado, y en 2010, y después de 2012 si ese pueblo quiere, y se asume que querrá, que él siga siendo el Presidente, el Comandante en Jefe, el líder.
Cuando gente de la oposición se molesta porque Chávez sigue apareciendo como líder de más de la mitad de la población, olvida que más de la mitad de la población no lee periódicos ni tiene televisión por cable y además conforma eso que llamamos "los pobres". O sea que la estrategia política, comunicacional y de poder de Chávez ha estado bien orientada y ha sido exitosa, es a ellos a quienes habla.
Esos capitanes de lanchas petroleras expropiadas, que se babeaban viendo y escuchando al Comandante en Jefe allí mismo, a bordo de sus lanchas en la Costa Oriental del Lago, preguntándoles detalles, poniendo la mano en el mismo timón donde ellos ponen las suyas día
tras día para conducir su lancha, no fueron informados, han sido enamorados. Ellos no conocen -o se los borraron de las mentes- los imcunplimientos del chavismo con los trabajadores del acero y del aluminio, y con los petroleros de Oriente. Esos capitanes sólo tenían ojos y oídos para un Comandante que, atención, nunca les ofreció que las lanchas expropiadas serían de ellos ni que ganarían mejores sueldos. Les dijo que las lanchas ahora eran del pueblo y que ellos, por eso, ya no trabajaban para los oligarcas explotadores sino para el pueblo. El Comandante los libera de la esclavitud y de la humillación de trabajar por su sueldo miserable, y los hace partícipes de la gesta revolucionaria. Como los Tercios españoles, no cobran soldada suficiente pero cada uno es soldado de la gloria.
Como los venezolanos no leen, no saben cuántas veces en la historia los diversos caudillos han repetido el mismo mensaje y el mismo estilo no se crea que porque ahora hay ediciones de 5.000 ejemplares de libros dedicados a hablar mal de Chávez, eso es leer; los autores
politólogos sólo dicen, con mejores palabras, lo que esos 5.000 lectores no saben cómo escribir.
La estrategia con dos planes de acción.
Chávez sabe que tiene dos adversarios posibles que pueden ser peligrosos cada uno en su estilo y en su campo. Y para cada uno, tiene la estrategia adecuada.
No son los militares ni Globovisión, adelanto.
Los militares, como los policías metropolitanos y demás especialidades, son instituciones en las cuales la disciplina y el no pensar sino obedecer son fundamentales. Sin disciplina y cumplimiento de órdenes, simplemente no funcionan; nadie les preguntará a los militares si están de acuerdo o no con lo de patria-socialismo-muerte-venceremos ni sobre el fortalecimiento, dotación y uso crecientes de la milicia. El superior les da la orden y punto. A los policías metropolitanos no se les pregunta si les parece bien ir a contener una manifestación, ni se discute con ellos cuantas bombas de gas deberán lanzar, ni cuando. El superior da la orden y van, les guste o no.
Con los civiles la cosa es diferente, incluyendo a los militantes del PSUV y de cualquier partido. Los dirigentes proclaman la "disciplina partidista", sueñan con ella, la usan; pero no hay disciplina partidista si los militantes no están de acuerdo. Igual sucede con los sindicatos. Los líderes sindicales mandan en tanto en cuanto han sido electos para representar a los miembros de su sindicato. Puede que algunos usen el chantaje, el negociado de puestos de trabajo o
cualquier otra trampa para controlar al sindicato y sus miembros, pero también pueden ser señalados, desplazados, desobedecidos. Al final, esos dirigentes terminan tomando decisiones en función de las expectativas de sus representados porque llega un momento en que es
eso o destruir sus carreras y posiciones.
Ya le pasó a la CTV, le ha pasado a otros sindicatos, le pasó a Acción Democrática, a Copei y al MAS. Le irá pasando a UNT y al PSUV. Le ha pasado a Primero Justicia.
Poco a poco, vamos a ir viendo mucho de eso, ya la Asamblea Nacional no es ciento por ciento chavista, ya hay once diputados que se han convertido no en oposición desde la perspectiva de la Plaza Brion, sino conservando determinadas posiciones ideológicas que en su momento
fueron sus puntos de conveniencia con Chávez, y con esas mismas posiciones lo enfrentan. Veremos gobernadores y alcaldes que son y seguirán presentándose como chavistas, pero a quienes la fiebre centralista traerá problemas con sus propias poblaciones, y algunos
reaccionarán. Al persistentemente leal PPT, la persecución a Manuitt le está trayendo dificultades de posición.
Con Globovisión la situación es diferente. A Globovisión la ha salvado, hasta ahora, el error en el tiempo y ser lo que es. Quizás Chávez no se atrevió a cerrar dos canales de televisión uno tras otro. Y ahora ha corrido mucho tiempo. Pero una cosa es cierta, si se atrevió a dejar sin concesión a una de las señales de televisión más populares, más fácil debería ser sacar del aire a una señal de televisión de mucho menor alcance comparativo.
Globovisión es un canal exclusivamente de información y opinión, y ésa es una cuestión delicada: de una telenovela puede decirse que afecta convenciones morales y familiares, de un noticiero no; entonces Chávez lo que ha hecho es mantener a Globovisión bajo constante temor, con procedimientos y sanciones constantes, y limitada en su acción, negándole toda posibilidad de ampliar su alcance. También porque el gobierno ha sido incapaz de construir una televisión oficialista realmente popular, y lo sabe; necesitan un Ravell oficialista y no lo tienen.
Los dos adversarios son el pueblo y la clase media.
Al primero se le maneja con promesas, ilusiones, sueños. La imagen del caudillo, PDVSA es del pueblo, negar todo lo que hicieron en cuarenta años Acción Democrática y Copei -una trayectoria que, por cierto, esos partidos divulgan poco, dejando la iniciativa en manos de Chávez.
Ambos partidos tienen cifras y hechos demostrables que los menores de cuarenta años simplemente no conocen, ¿por qué no las dicen? ¿Por qué no hay una estrategia comunicacional agresiva que en vez de hablar de Chávez no muestre y compare sus propios logros con los del gobierno actual, cifra contra cifra, porcentaje contra porcentaje? ¿Cómo es
posible que Acción Democrática y Copei hayan permitido a lo largo de diez años no sólo que se borre de la historia todo lo que hicieron, sino que se considere que un regreso de ellos al poder parezca nefasto?
Chávez y su gobierno han sido y siguen siendo eficientes en el manejo
de las ilusiones y esperanzas. A cada promesa fallida se sustituye con
una renovación aún más emocionante o con una nueva promesa, una nueva
esperanza. El desgaste de esa estrategia es muy lento; existe, está en
desarrollo, pero es muy lento. Sólo pueden acelerarlo los pocos
alcaldes y gobernadores de oposición que puedan no sólo mostrar, sino
además difundir, sus propios logros.
A la clase media, y con ella al empresariado, especialmente a los
grupos medios y pequeños, se los maneja con el temor.
La clase media, en todo el mundo y desde tiempos de las primeras
grandes civilizaciones, ha sido cómoda e irresoluta. Somos así,
preferimos la tranquilidad de nuestras casas y pensar que vivimos bien
porque tenemos cuentas bancarias, tarjetas de crédito, televisión por
cable o satélite, internet. Por eso tenemos tiempo para pensar, por
eso la mayoría de los grandes intelectuales, científicos y creadores
de ideologías, han surgido de la clase media.
No es una crítica, es una realidad histórica, y es manejable. El
gobierno presiona a los bancos y les impone el uso de sus fondos en
"carteras" obligatorias mientras les permite obtener ganancias con
bonos y papeles. No pagar los gastos de los tarjetahabientes viajeros
no es relevante, son una minoría y de todas maneras, por no poder
viajar no van a dejar de tener cuentas corrientes y de ahorros. No hay
carros suficientes, o simplemente no hay, pero existe un enorme
mercado de carros usados que puede resolver la apetencia por ruedas
propias. Se presiona a los periodistas, se convierte a Venevisión y
Televen -y otros medios de comunicación- en empresas con filosofía de
autocensura pero ellos son minoría, la mayoría que es el público puede
ver sus series, películas, shows y documentales por una amplísima
variedad de canales locales e internacionales.
Es humano que cuando unos asaltantes o unos chavistas violentos
agredan a un vecino, usted primero piense que usted y los suyos están
bien; aquello de que hoy le tocó a aquél, mañana me puede tocar a mí,
es muy educativo pero poco real; todos sabemos que vamos a morir, pero
nadie se prepara deliberadamente para su muerte; el infarto, el cáncer
o el delincuente siempre nos agarran por sorpresa.
Las expropiaciones terminan arreglándose en los tribunales y con
dólares, pero presentadas por radio y televisión asustan a quienes
tienen que asustar, los medianos y pequeños propietarios y
empresarios; los venezolanos pobres van a tardar mucho en convencerse
de que la cosa también puede ir con ellos. Y muchos miembros de la
clase media también.
¿Cuántos tienen una casa tan grande que puedan temer que les metan a
la fuerza unos habitantes pobres? ¿Cuántos tienen una vivienda
adicional a aquella en la cual vive, y que pueda ser expropiada para
regalarla a los sin techo? Una minoría, la mayoría no tiene ese temor.
La solución está en la información y en el chavismo
Globovisión, hay que reconocerlo, hace lo suyo con micros en los
cuales revela y recuerda promesas no cumplidas y errores cometidos.
Los otros canales no hacen nada, excepto RCTV temprano en la mañana.
La radio no hace nada, excepto las opiniones de unos pocos como Marta
Colomina y Nelson Boccaranda, pero no son ellos los que tienen las
mayores audiencias.
La información que debería adelantarse es sobre las fallas, sobre los
errores, sobre los recursos enviados a otros países mientras los
venezolanos tienen grandes carencias -éste es un argumento que pega, y
pega duro, genera resentimiento, desnuda al caudillo; como me dijo un
distinguido de la Policía Metropolitana, que a Bolivia el gobierno
había mandado no recuerdo cuántos carros blindados, y me preguntó y se
preguntó que por qué no les daban a ellos esos carros para entrar
mejor a buscar y combatir al malandraje.
Ese distinguido, y sus compañeros, leen Ultimas Noticias, pero también
acceden habitualmente a internet, conocen Noticias24 y Noticiero
Digital, se enteran de lo que pasa, conocen cifras exactas de los
salarios y condiciones socioeconómicas de los cuerpos policiales
municipales y los comparan con los propios, que son miserables.
Ese es el tipo de información que erosiona a cualquier gobierno, pero
se hace comparativamente poco. El público televidente descontento con
Chávez, ¿por qué sigue viendo Venevisión y Televen? Mientras los sigan
teniendo en sus televisores, mientras los aparaticos de AGB sigan
resgistrando elevadas audiencias, esas empresas no van a cambiar de
actitud, sería estúpido hacerlo.
El chavismo también hace su parte.
Lo hemos visto en Guayana, donde el ambiente empresarial, económico y
laboral sigue candente. Lo seguiremos viendo en el mercado petrolero,
¿cree usted de verdad que PDVSA está en capacidad de operar con
eficiencia esos centenares de lanchas de las cuales se apropió y que
además sus capitanes y tripulaciones se sientan, día tras día, mejor
que cuando trabajaban para un empresario privado? Lo seguiremos viendo
en casi todos los sectores laborales y en la economía en general,
porque lo que la administración Chávez no hizo con petróleo caro, no
lo va a hacer con petróleo barato y encima con una iniciativa privada
productora y empleadora que se disminuye cada dia mas.
Es allí donde está la crisis del chavismo y de Chávez, y hay que
asumir que ellos lo saben. Por eso no van a parar, van a seguir
adelante. Porque entienden que no hay quien los pare -y las pocas
veces que la llamada sociedad civil se les ha enfrentado, han parado;
porque entienden que no hay otro camino dentro de sus circunstancias.
Porque Chávez ha olvidado todo lo que logró cuando no tenía nada y se
vió obligado a negociar, y ya no quiere tener asistentes que le echen
en cara que ha llenado sus manos de sangre, y prefiere los que sólo le
dicen "ordene, Comandante".
Nada es para siempre
Yo creería que Chávez es para siempre, como ha sido Fidel Castro, si
ese distinguido de la Policía Metropolitana, y los dos compañeros que
estaban con él, me hubieran dicho que habían lanzado montones de
bombas lacrimógenas a los manifestantes del 1º de mayo porque los
odiaban.
Lo que me dijo el distinguido, y me ratificaron sus compañeros, aparte
del argumento de "nosotros no decidimos hacerlo, sólo cumplimos
órdenes", fue otro que me sorprendió: es que si no hubiéramos hecho
eso, si no hubiéramos parado esa manifestación, ¿se imagina usted lo
que hubiera pasado? Porque más atrás los estaban esperando los
chavistas...
Coordinado por Alfredo Maldonado
posible que Acción Democrática y Copei hayan permitido a lo largo de diez años no sólo que se borre de la historia todo lo que hicieron, sino que se considere que un regreso de ellos al poder parezca nefasto?
Chávez y su gobierno han sido y siguen siendo eficientes en el manejo
de las ilusiones y esperanzas. A cada promesa fallida se sustituye con
una renovación aún más emocionante o con una nueva promesa, una nueva
esperanza. El desgaste de esa estrategia es muy lento; existe, está en
desarrollo, pero es muy lento. Sólo pueden acelerarlo los pocos
alcaldes y gobernadores de oposición que puedan no sólo mostrar, sino
además difundir, sus propios logros.
A la clase media, y con ella al empresariado, especialmente a los
grupos medios y pequeños, se los maneja con el temor.
La clase media, en todo el mundo y desde tiempos de las primeras
grandes civilizaciones, ha sido cómoda e irresoluta. Somos así,
preferimos la tranquilidad de nuestras casas y pensar que vivimos bien
porque tenemos cuentas bancarias, tarjetas de crédito, televisión por
cable o satélite, internet. Por eso tenemos tiempo para pensar, por
eso la mayoría de los grandes intelectuales, científicos y creadores
de ideologías, han surgido de la clase media.
No es una crítica, es una realidad histórica, y es manejable. El
gobierno presiona a los bancos y les impone el uso de sus fondos en
"carteras" obligatorias mientras les permite obtener ganancias con
bonos y papeles. No pagar los gastos de los tarjetahabientes viajeros
no es relevante, son una minoría y de todas maneras, por no poder
viajar no van a dejar de tener cuentas corrientes y de ahorros. No hay
carros suficientes, o simplemente no hay, pero existe un enorme
mercado de carros usados que puede resolver la apetencia por ruedas
propias. Se presiona a los periodistas, se convierte a Venevisión y
Televen -y otros medios de comunicación- en empresas con filosofía de
autocensura pero ellos son minoría, la mayoría que es el público puede
ver sus series, películas, shows y documentales por una amplísima
variedad de canales locales e internacionales.
Es humano que cuando unos asaltantes o unos chavistas violentos
agredan a un vecino, usted primero piense que usted y los suyos están
bien; aquello de que hoy le tocó a aquél, mañana me puede tocar a mí,
es muy educativo pero poco real; todos sabemos que vamos a morir, pero
nadie se prepara deliberadamente para su muerte; el infarto, el cáncer
o el delincuente siempre nos agarran por sorpresa.
Las expropiaciones terminan arreglándose en los tribunales y con
dólares, pero presentadas por radio y televisión asustan a quienes
tienen que asustar, los medianos y pequeños propietarios y
empresarios; los venezolanos pobres van a tardar mucho en convencerse
de que la cosa también puede ir con ellos. Y muchos miembros de la
clase media también.
¿Cuántos tienen una casa tan grande que puedan temer que les metan a
la fuerza unos habitantes pobres? ¿Cuántos tienen una vivienda
adicional a aquella en la cual vive, y que pueda ser expropiada para
regalarla a los sin techo? Una minoría, la mayoría no tiene ese temor.
La solución está en la información y en el chavismo
Globovisión, hay que reconocerlo, hace lo suyo con micros en los
cuales revela y recuerda promesas no cumplidas y errores cometidos.
Los otros canales no hacen nada, excepto RCTV temprano en la mañana.
La radio no hace nada, excepto las opiniones de unos pocos como Marta
Colomina y Nelson Boccaranda, pero no son ellos los que tienen las
mayores audiencias.
La información que debería adelantarse es sobre las fallas, sobre los
errores, sobre los recursos enviados a otros países mientras los
venezolanos tienen grandes carencias -éste es un argumento que pega, y
pega duro, genera resentimiento, desnuda al caudillo; como me dijo un
distinguido de la Policía Metropolitana, que a Bolivia el gobierno
había mandado no recuerdo cuántos carros blindados, y me preguntó y se
preguntó que por qué no les daban a ellos esos carros para entrar
mejor a buscar y combatir al malandraje.
Ese distinguido, y sus compañeros, leen Ultimas Noticias, pero también
acceden habitualmente a internet, conocen Noticias24 y Noticiero
Digital, se enteran de lo que pasa, conocen cifras exactas de los
salarios y condiciones socioeconómicas de los cuerpos policiales
municipales y los comparan con los propios, que son miserables.
Ese es el tipo de información que erosiona a cualquier gobierno, pero
se hace comparativamente poco. El público televidente descontento con
Chávez, ¿por qué sigue viendo Venevisión y Televen? Mientras los sigan
teniendo en sus televisores, mientras los aparaticos de AGB sigan
resgistrando elevadas audiencias, esas empresas no van a cambiar de
actitud, sería estúpido hacerlo.
El chavismo también hace su parte.
Lo hemos visto en Guayana, donde el ambiente empresarial, económico y
laboral sigue candente. Lo seguiremos viendo en el mercado petrolero,
¿cree usted de verdad que PDVSA está en capacidad de operar con
eficiencia esos centenares de lanchas de las cuales se apropió y que
además sus capitanes y tripulaciones se sientan, día tras día, mejor
que cuando trabajaban para un empresario privado? Lo seguiremos viendo
en casi todos los sectores laborales y en la economía en general,
porque lo que la administración Chávez no hizo con petróleo caro, no
lo va a hacer con petróleo barato y encima con una iniciativa privada
productora y empleadora que se disminuye cada dia mas.
Es allí donde está la crisis del chavismo y de Chávez, y hay que
asumir que ellos lo saben. Por eso no van a parar, van a seguir
adelante. Porque entienden que no hay quien los pare -y las pocas
veces que la llamada sociedad civil se les ha enfrentado, han parado;
porque entienden que no hay otro camino dentro de sus circunstancias.
Porque Chávez ha olvidado todo lo que logró cuando no tenía nada y se
vió obligado a negociar, y ya no quiere tener asistentes que le echen
en cara que ha llenado sus manos de sangre, y prefiere los que sólo le
dicen "ordene, Comandante".
Nada es para siempre
Yo creería que Chávez es para siempre, como ha sido Fidel Castro, si
ese distinguido de la Policía Metropolitana, y los dos compañeros que
estaban con él, me hubieran dicho que habían lanzado montones de
bombas lacrimógenas a los manifestantes del 1º de mayo porque los
odiaban.
Lo que me dijo el distinguido, y me ratificaron sus compañeros, aparte
del argumento de "nosotros no decidimos hacerlo, sólo cumplimos
órdenes", fue otro que me sorprendió: es que si no hubiéramos hecho
eso, si no hubiéramos parado esa manifestación, ¿se imagina usted lo
que hubiera pasado? Porque más atrás los estaban esperando los
chavistas...
Coordinado por Alfredo Maldonado