Gracias al plan de becas Mariscal de Ayacucho así como de los que llegaron becados por funda Papá, se hizo posible para muchos venezolanos la vivencia de una educación y cultura fuera de nuestra parroquial Venezuela.
Veinte años mas tarde, muchos de aquellos venezolanos que una vez pisamos estas tierras como turistas o como estudiantes, nos encontramos hoy con la cruda realidad de que ahora estamos como emigrantes.
Con la sensación de que el país que una vez tuvimos y soñamos ya no existe, que ha sido reemplazado por una complejidad social y política que pareciera proyectarse mas allá de lo que nos queda por vivir. Así que aquí estamos, por destino o por decisión propia, y aquí tenemos que sobrevivir. Muchos han quemado las naves y no tienen regreso posible, otros temen regresar por razones obvias, pero lo cierto es que ahora la cosa no es en juego, tenemos que sobrevivir y triunfar aquí como lo han hecho otros emigrantes.
Aprendamos de la historia de todos esos grupos, de los irlandeses, polacos, italianos, judíos, y de los cubanos, la clave es la unión, el apoyo mutuo, la solidaridad, sobrevivir en estas condiciones, en este sistema no es fácil, muchos de los que aquí estamos no llegamos jóvenes, llegamos formados y con media vida ya completada en Venezuela, donde éramos importantes, profesionales, productivos, atiborrados de familia y de amigos, ahora estamos solos, y pagando con creces la ignorancia de no conocer este sistema, de no tener contactos o de no ser vistos.
No hay números precisos de cuantos somos, se estima que mas de 200,000, a pesar de que pienso que la gran mayoría emigró legalmente, no hay que ser adivino para esperar que muchos se encuentran ilegales por necesidad y no por gusto. Estados Unidos es un país de gran atractivo para los venezolanos que desean emigrar, es visto como un país de grandes oportunidades y de una tela social donde todos encajamos, sin importar nuestro origen, sin embargo la transición no es fácil, el golpe es fuerte y afecta no solo a los que llegan con una mano adelante y otra atrás, sino también a aquellos que llegan “fondeados” como solemos decir.
Creo que debemos, sin perder el pulso de lo que acontece en Venezuela, donde las cosas pueden cambiar de un día para otro, mantenernos unidos y socialmente organizados no necesariamente a través de organizaciones de interés político o de resistencia como muchos pensaran, sino como una efectiva fuerza de progreso para nuestra comunidad aquí en Norteamérica. Para la gran mayoría de nosotros nuestro futuro esta aquí, no allá, no hay vuelta atrás y ya dimos el gran salto hacia una vida mejor, debemos hacer lo posible por estimular la participación en eventos donde podamos conocernos y compartir con otros venezolanos, hacer sinergia, apoyarnos, estimular los negocios y los eventos sociales, solo así podremos mantener nuestra herencia cultural y el bienestar para nuestros hijos.
Este sitio web y muchos otros están dedicados a mantenernos informados del acontecer social de nuestra gente en los Estados Unidos, son buenas oportunidades para solidarizarnos en el triunfo conjunto de nuestra emigración. Aspiro que dentro de 20 años, norteamericanos reconozcan la contribución de nosotros y de nuestros hijos a esta nueva patria que nos ha recibido con todas sus virtudes y sus defectos.