miércoles, marzo 31, 2010

Desarraigándonos


Rafael Osío Cabrices
–osiocabrices@hotmail.com
La severa dislocación , el descoyuntamiento de Venezuela de los últimos años la cuenta de cuándo comenzó la fractura es personal, al igual que la evaluación de esos daños, si los hubo  ha comenzado a producir en algunos de nosotros una sensación de exilio, de yo no soy de aquí, de yo no pertenezco a esto.
Una sensación que se nos clava en el pecho y que nos hace preguntarnos, mirando a nuestro alrededor, qué es ser venezolano. Y si ser venezolano es eso que uno ve en la calle, o en la televisión, o en la prensa. Si ser venezolano es lo que el “gobierno” llama ser patriota o ser bolivariano. O es burlarse de toda norma.

O es negarse a toda reflexión, a toda duda, a todo enfrentamiento con los muchos enigmas que nos tira la realidad a la cara, aunque tratemos de ver hacia otro lado. Si ser venezolano es sumergirse en el creciente río de gente que ha aceptado formar parte de la gran complicidad en cuanto a profundizar nuestros defectos colectivos.
Es algo más que la reclusión voluntaria, por cansancio del mundo exterior o por miedo a la inseguridad. Es la dolorosa vivencia de quien ha tenido que dejar su tierra y ha empezado a vivir entre extraños, ante un idioma que apenas comprende, ante un montón de reglas y de códigos que todavía no domina. Es comenzar a sentirse un exiliado sin haber salido de aquí, sin haber dado el paso que otros están dando: encaramarse en un vuelo internacional sin pasaje de regreso.
Sé que una vez más me insultarán los nacionalistas de escapulario y los que se creyeron Ve- nezuela heroica, pero lo que me importa es que ustedes me entiendan. Intentaré explicarme: no es que a nosotros, los que nos estamos desarraigando, nos estén dejando de gustar las arepas o el queso Palmizulia. Nada que ver con eso. Ni que hayamos botado nuestros discos del Ensamble Gurrufío o nos haya cambiado el acento.
El problema va por otro lado: los valores. El conservarlos, el no poder convivir con los miles de tipos que los amenazan y que se burlan de ellos. Va por el lado del paisaje: parte del entorno físico de nuestra infancia o adolescencia ha sido demolido o contaminado hasta lo irreconocible. Nos cuesta mucho tomar la decisión de ir a una playa para verla en el estado en que está y someternos al clima de violencia que impera en la cola y en la arena. El problema es que nos criaron para una Venezuela que ya casi no encontramos por ninguna parte, salvo en nuestra memoria. Y esa Venezuela anterior, ese pequeño país nuestro, no estaba exento de mentiras ni de injusticias, no era ninguna Dinamarca, pero sin duda era preferible a este interminable reguetón, a esta siniestra adivinanza, a esta ruleta rusa.
Nos cambiaron todo, desde el escudo hasta la cédula, desde el billete de cinco hasta el reloj de La Previsora, el presupuesto personal, el simple hecho de tomarse un café con azúcar y leche. De paso, nos insultan, cada día, sin falta, en todos los periódicos, en los semáforos, en la cola del banco.
Y nos dicen, oficialmente: “Si no les gusta, que se vayan”. Pero resulta que si ya no somos de aquí, tampoco somos de ninguna otra parte. No tenemos otra nacionalidad ni otro léxico. El país que al parecer perdimos era el único que teníamos. Ya no tenemos raíces: se las comieron las termitas, las cercenó una inundación. Estamos desarraigados, o en trance de serlo.

lunes, marzo 29, 2010

Los Escualidos del IVIC


Chávez dijo en 2009 que en el IVIC había puros escuálidos

La larga cadena de fracasos que el Gobierno ha acumulado en todas sus iniciativas obedece a una suma de factores; uno de los más gravosos ha sido el de privilegiar la lealtad sobre la capacidad.

Al asignar responsabilidad (e ingentes recursos) a gente cuya única credencial es la de declararse incondicional, se incurre en la doble equivocación de dejar en manos inexpertas asuntos que requieren el concurso de expertos; y, al mismo tiempo, fomentar el oportunismo de incapaces que sólo van tras la posibilidad de echar garra a unos presupuestos con los que no saben qué hacer, salvo robar.

De allí la reiterada confluencia de equipos de escasa o nula solvencia técnica con desfalcos a la Nación. Esto ha sido especialmente grave y común por el hecho de que Chávez, cuyo discernimiento es la única fuente de los nombramientos, designa equipos para poner al frente de problemas que él mismo no conoce. Y lo hace sobre la base de la fe que puede tener en los técnicos, por referencias que le ha dado su círculo más cercano, no por la experiencia o conocimientos que los eventuales colaboradores hayan demostrado poseer.

El resultado: mucha consigna y ninguna eficacia. Mucha franela roja y poquísima probidad. Mucha adulación y un fiasco total en materia de gestión. Las declaraciones de amor al líder retumban en la tierra arrasada en que se ha convertido el país.

Frente a este criterio para distribuir los cargos, -y a la consiguiente exclusión-, muchos especialistas han optado por irse del país o por quedarse callados para conservar el trabajo. En cada institución del Estado, si no han botado a los más calificados (como ocurrió en Pdvsa, para regocijo de las industrias competidoras), hay profesionales de alto nivel sometidos al ostracismo.

Vamos a referirnos a un caso: el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, de donde se ha ahuyentado gente de excepcional capacitación tras ser sometida a injustas presiones.

El 3 de mayo del año pasado, Chávez dijo, en el Aló presidente 329, dijo que en el IVIC había "un bojote de escuálidos". Y agregó: "Que se vayan con su escualidismo para otro lado. No vamos a dar dinero para que Ciro Peraloca investigue la vida en Venus. Señores científicos: métanse en los barrios, salgan de su encapsulamiento y hagan ciencia útil para elevar el nivel de vida del pueblo. Jesse, aprieta las tuercas y el que no le guste que se rasque". Casi inmediatamente las autoridades del instituto iniciaron acciones para cumplir el vil mandato. En agosto, el entonces ministro de Ciencia y Tecnología, Jesse Chacón, habló de una "investigación pertinente". Auténticas cimas de mediocridad.

En julio de ese año, el doctor Ismardo Bonalde solicitó su ascenso a investigador titular del IVIC, para lo cual cumplía sobradamente con los requisitos de ley, y no sólo le fue negado sin explicación, sino que se dictó una orden de despojarlo de parte del Laboratorio de Temperaturas Bajas, donde Bonalde viene desempañando una brillante labor, reconocida por la comunidad científica internacional.

Bonalde nació en 1961, en el hogar de un obrero de Ciudad Bolívar. Concluida su licenciatura de Física en la UDO, hizo maestría en el IVIC, luego obtuvo un doctorado de Física en Harvard y, finalmente, completó un posdoctorado en la Universidad de Illinois.

Sus aportes científicos y académicos son deslumbrantes y, por si fuera poco, sus emprendimientos han supuesto ahorros muy importantes al IVIC y, en general, al país, mediante el suministro de nitrógeno y helio líquido que anteriormente debían comprarse a precio de importación.

Ismardo Bonalde está siendo hostigado por las autoridades del IVIC. Pero, en lugar de aceptar tentadoras ofertas del extranjero o de bajar la cabeza, ha buscado abogados que le procuren justicia y está profundamente comprometido con su causa. ¿Por qué Bonalde representa la ciencia impertinente? Primero porque ha sido muy activo en la exigencia de mejorar los estándares científicos y académicos del IVIC, reclamo que las autoridades parecen haberse tomado como un alegato hacia ellos. Y, después, porque Bonalde jamás ha ocultado su firme posición opositora al gobierno.

"No voy a aceptar atropellos", dice el doctor Bonalde. "Me voy a quedar en el país y en el IVIC por la misma razón por la que me vine cuando terminé mis estudios en el extranjero: porque soy venezolano y quiero ser útil a mi colectividad. Yo no me acomodo. Yo defiendo mis valores y mis principios".

Dr. M.L. Izaguirre Lessmann
Jefe, Laboratorio de Biotecnología y Virología Vegetal
Centro de Microbiología y Biología Celular
Instituto Venezola

La Mamá de Tarzan

Carta a Chavez



Cristina de Toro

 
Esta carta a Chávez la publicó Cristina de Toro (actriz y escritora colombiana) en el Diario de Colombia "El Colombiano" el 15 de Agosto pasado; como muchos no leemos este periódico, quise transcribirla porque me pareció que no tiene desperdicio, ojala la disfruten como lo hice yo. Saludos

"Señor Presidente Hugo Chávez: Desde el día de su entrevista con la periodista Vicky Dávila , he querido comunicarme con usted para, respetuosamente (el significado de esta palabra lo puede averiguar en cualquier diccionario), hacerle algunos comentarios.

En primer lugar, quiero manifestarle que, al oírle decir con tanta propiedad, que es hijo de Simón Bolívar, recordé cuando en algunos de sus tantos viajes a Argentina dijo allá, con la misma convicción del sábado pasado, que era hijo de San Martín y del Che Guevara. También he leído que le ha achacado la paternidad entre otros a Tupac Amaru, Sandino, José Martí y Mao.

Señor Presidente Chávez, de la manera mas comedida, me permito decirle que de esa mezcolanza genética e ideológica que usted está haciendo, no puede resultar nada bueno.

Lo que a usted le está pasando, es como cuando a uno le da por pintar y se pone a revolver colores sin ningún criterio. El resultado de semejante amasijo es un color sucio, algo que acaba por asemejarse más al pantano que a la pintura.

Además, ese afán que mantiene de parecerse a uno y a otro, hace que usted carezca por completo de identidad ideológica y, más bien sea un mal remedo de esos hombres que, aunque no comulgue yo con sus ideas, si le reconozco su autenticidad.

En segundo lugar, presidente Chávez, quería decirle que me gustó mucho cuando le dijo a la periodista, que usted se consideraba simplemente un soldado chiquitiiiiiiiiico. Estoy completamente de acuerdo con usted, no por lo de soldado, sino por lo de chiquitico.

Si presidente Chávez, chiquitico es como lo veo cada vez que insulta a mi país y a mi presidente Álvaro Uribe. Chiquitico, por ridiculizar al vicepresidente Francisco Santos. Chiquitico, cuando con lenguaje procaz y ordinario, se refiere a los que no opinan como usted..

Chiquitico por negarse a reconocer como terroristas a la FARC, nuestro más grande flagelo.

Chiquitico cuando utiliza las relaciones comerciales como instrumento de retaliación política. Chiquitico, por acostumbrase a adulterar la verdad. Chiquitico , por abusar de la libertad de expresión de la que su pueblo carece. Chiquitico, por ser un Presidente autocrático que se ampara tras el uniforme que alguna vez enlodó. Chiquitico, por engañar a los venezolanos con la ilusión de un futuro mejor, mientras enmascara los desastres que provocan su incapacidad y megalomanía.

Y para terminar, quiero que sepa presidente Chávez que ser o sentirse Colombiano no es simplemente cantar el ¡OH GLORIA INMARCESIBLE! con pasión y fuego, como usted dice.

Ser Colombiano es bastante más y, discúlpeme que se lo diga, pero, usted no es digno de ese honor.

Y créame, con esa mescolanza de paternidad que según usted mismo dice, que todos ellos son sus padres, no me queda más que creer que es usted un hijo de la gran puta."

PD: "Presidente Chávez, no se le vaya a ocurrir decir que también es hijo de su compatriota Andrés Bello, le garantizo que esa si que no se la van a creer.

domingo, marzo 28, 2010

QUIÉN ENCARCELÓ A OSWALDO ÁLVAREZ PAZ

Carlos Alberto Montaner

Oswaldo Álvarez Paz está preso en Caracas, pero la punta de la cadena se encuentra en La Habana. Lo tienen en un calabozo de la policía política, sin derecho a fianza. El asunto es muy grave. Se trata, tal vez, del político venezolano vivo más respetado fuera de su país. El clamor internacional contra este atropello ha sido enorme y el precio que paga el chavismo es muy alto. Hasta la Casa Blanca ha emitido un comunicado de protesta. A sus 67 años, este abogado de formación democristiana y bien ganada fama de hombre honrado, lo ha sido todo en Venezuela, menos Presidente. Dirigió la Cámara de Diputados, fue gobernador en Zulia, en 1993 perdió las elecciones presidenciales por un escaso margen frente a Rafael Caldera, su ex mentor y correligionario.

La coartada para apresarlo es ridícula. Lo acusan de conspirar contra la seguridad de la nación, instigar a la desobediencia de la ley, difundir informaciones falsas e instigar a delinquir. ¿En qué se basan? Según sus carceleros, en un popular programa de Globovisión dirigido por Leopoldo Castillo, Álvarez Paz comentó que la imagen del gobierno venezolano se ve seriamente empañada por los presuntos lazos con los narcoterroristas de las FARC y los terroristas de ETA, mientras el país se hunde en medio de la violencia asesina de los delincuentes, la corrupción de muchos funcionarios y la ineficiencia casi asombrosa del sector público. O sea, exactamente el cuadro que describen casi todos los organismos internacionales, que investiga el aparato judicial español y del que se quejan millones de venezolanos todos los días.
¿Por qué Hugo Chávez ha ordenado una medida tan estúpida? La respuesta acaso la dio Roger Noriega, ex embajador de Estados Unidos, gran experto en América Latina y persona con acceso a informaciones que poca gente posee: por la denuncia que hizo Álvarez Paz contra la presencia en Venezuela del general Ramiro Valdés, texto en el que el líder democristiano, anunciaba la posible “llegada de tropas regulares de Cuba para reforzar la defensa de la revolución chavista”. Álvarez Paz tocó un nervio sensible.
En realidad, Oswaldo Álvarez Paz es un prisionero de los cubanos. En Venezuela manda el aparato de inteligencia radicado en el tercer piso de la embajada castrista en Caracas. Desde hace años, Chávez llegó al convencimiento de que su permanencia en el poder depende del apoyo cubano y se ha entregado de pies y manos a La Habana. Cuba es la metrópolis que manda y saquea, y Venezuela es la colonia que obedece y paga.
Son los cubanos los que deciden a quién hay que apresar, a quién hay que intimidar y a quién es conveniente sacar del país. Son ellos los que diseñan la estrategia político-policiaca de control social creciente. Son ellos los que espían a la oposición y a los militares y funcionarios, los que les graban las conversaciones y los filman, los que compilan información comprometedora para neutralizarlos o chantajearlos. Son ellos los que marcan el ritmo de la creciente construcción de un estado totalitario más o menos calcado del modelo cubano soviético.
Hay asesores cubanos en todas las instituciones, pero la zona más sensible de la intervención es la que llevan a cabo en el Ejército y en la policía política. Simultáneamente, cientos de jóvenes venezolanos son formados en Cuba en las técnicas de represión social y control político que los cubanos aprendieron del KGB y de la Stasi alemana. El adiestramiento dura de seis meses a un año y a ellos les corresponderá la tarea de administrar el Estado totalitario una vez que se haya completado la fabricación de la jaula.
El gobierno cubano está decidido a acelerar el proceso de creación del Estado totalitario. Chávez está de acuerdo. Las informaciones transmitidas por los agentes cubanos a los Castro indican que se desmorona rápidamente el apoyo popular a Chávez. Si las elecciones parciales de septiembre fueran veraces y transparentes las perdería estrepitosamente. La sugerencia cubana es “profundizar rápidamente la revolución”, lo que implica eliminar los vestigios de democracia y libertad que subsisten en el país. Incluso, es posible que busquen algún pretexto para suspender los comicios. Por eso detuvieron a Oswaldo Álvarez Paz. Era un estorbo para los planes cubanos.