¿POR QUÉ RECHAZAMOS LA REFORMA?
1. Porque la reforma no es necesaria. Para vivir en paz, fraternidad, progreso y justicia social, basta con que se cumpla y se aplique
2. Porque la reforma viola nuestros más sagrados derechos y los principios democráticos y los valores republicanos consagrados en
3. Porque la reforma suprime el ‘derecho al debido proceso y a la información en los estados de excepción, los cuales no tienen límites y el Presidente puede decretarlos cuando él quiera y por todo el tiempo que él quiera.
4. Porque la reforma nos quita el valor y la dignidad individual que tenemos como personas y solamente valemos como simples miembros de una Comuna.
5. Porque la reforma impide a nuestros hijos el derecho de estudiar la carrera que ellos quieran elegir y dedicarse a la actividad o trabajo que ellos quieran elegir.
6. Porque la reforma nos despoja del derecho a disponer libremente de nuestros bienes, de nuestras casas, apartamentos o fincas. Nos darán solamente un permiso de uso sobre nuestros bienes. Ya no serán nuestros hijos los legítimos herederos de nuestros bienes sino el Gobierno.
7. Porque la reforma elimina el derecho a la libre iniciativa y a la libertad de trabajo, y quedamos obligados a trabajar en lo que el Gobierno quiera.
8. Porque la reforma convierte en un engaño la reducción de la jornada laboral, ya que habrá que trabajar los sábados, que es el día de atender a nuestros hijos y demás necesidades del hogar. Y nos obliga a recibir adoctrinamiento ideológico en nuestro tiempo libre.
9. Porque la reforma nos cambia nuestras vidas, nos impone una sola manera de ser y de pensar. Y el que piense distinto puede incluso ser encarcelado, perder su vida, su trabajo, etc.
10. Porque la reelección indefinida convierte al Presidente en dueño y señor de Venezuela para toda la vida, arrebatándonos el derecho a votar para cambiar de gobierno.
11. Porque la reelección indefinida le quita el derecho a otros ciudadanos para ser electos como presidentes de la República.
12. Porque la reforma elimina nuestro voto para las decisiones y designación de las organizaciones de nuestros barrios, aldeas, gobernaciones y alcaldías. Volveremos a los tiempos antiguos cuando los Presidentes nombraban a dedo a los Gobernadores de Estado.
Queremos vivir en democracia, donde nuestros méritos, nuestro trabajo y esfuerzo personal sean reconocidos, respetados y recompensados.
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