VLADIMIRO MUJICA
En verdad que uno siempre tiene que mirar detrás de las verdades aparentes para encontrar la verdad verdadera. Con todo el conflicto y las amenazas de guerra del gobierno venezolano contraColombia, con la suspensión de relaciones comerciales entre ambos países, con la continua tensión diplomática, en fin, con todo lo que ha ocurrido en los últimos años, uno podría pensar que la conducta venezolana le ha infligido un daño importante a Colombia. Esa sería la verdad aparente.
La verdad verdadera es que Colombia está camino a encontrar otros mercados y que la posición internacional venezolana es cada vez más endeble en relación con el conflicto entre los dos países por la cuestión de la guerrilla. Pero mucho más allá de eso la situación de inestabilidad en Venezuela ha conducido a un flujo muy importante de valores, empresas y gente en dirección a Colombia. Es cuestión de pasearse por Bogotá y contar el número de Farmatodos. Es darle una leidita a la información estampada en los paquetes de Harina PAN indicando que ahora se fabrica en Colombia. Pero sobre todo es asunto de intentar contar el sinnúmero de profesionales venezolanos que se han establecido en Colombia. Especial atención merece el caso de los ex trabajadores expulsados de Pdvsa: Casi se puede afirmar que el incremento en la producción de crudo en Colombia está directamente relacionado con la presencia en ese país de ingenieros y gerentes venezolanos conocedores del negocio y la industria petrolera. Mientras en Venezuela las posiciones claves se ponen cada vez más en manos de gente mediocre e insuficientemente preparada, Venezuela ha exportado una cantidad sustancial de capital humano a Colombia. De hecho uno podría afirmar que Chávez es el mejor amigo de Colombia, tal es el empuje que le ha dado al desarrollo social y económico de nuestros vecinos.
Pero sería injusto referirnos solamente al caso colombiano.
Nuestro gobierno no solamente regala dinero a manos llenas a sus amigotes políticos sino que ayuda con el desarrollo de otras naciones. Una pequeña anécdota: Un eminente cardiólogo venezolano había estado preparando durante años a un equipo seleccionado de cuatro intensivistas de primera línea. Hoy todo el equipo está en España. Nuestros odontólogos no bien terminan de graduarse y ya tienen ofertas de trabajo en varios países europeos.
Los ex petroleros son responsables en buena parte del boom de producción en las arenas bituminosas de la provincia de Alberta en Canadá. El activo más valioso de un país, su gente más preparada, está emigrando de una Venezuela que no solamente se ha convertido en un lugar peligroso para vivir sino que reniega de ellos como si se tratara de una peste. Ese es el país que la oligarquía chavista nos pretende vender como la tacita de plata de la revolución internacional contra el capitalismo que dirige el Comandante Chávez.
Espero que quienes me leen no me tomen a mal. No puedo alegrarme de una situación que compromete seriamente las posibilidades de recuperación de Venezuela. En realidad es algo que me entristece profundamente. Uno piensa que vendrán otros tiempos. Tienen que venir otros tiempos donde la sangría de talento se detenga y nuestra gente regrese. Para eso hay también mucha gente trabajando.