martes, febrero 19, 2008

Virus del imperialismo”…

por Rafael Muci-Mendoza
“No podemos eliminar una acción enemiga”. Así se expresó en mayo de 1993 el ministro de exteriores cubano. Habían aislado un enterovirus en 96% de 47 pacientes en quienes se había estudiado el líquido de la columna. Algo increíble, un prodigio nunca visto con este tipo de virus. No dejaba de llamar la atención el hecho excepcional de que en los líquidos no había traza de inflamación y el manido virus no afectaba a los niños ni a concentraciones humanas como cuarteles. ¡Sorpresa! No existían datos de las historias clínicas de esos pacientes. Examinaban números, no enfermos. Virología realizada en ausencia del paciente y sus síntomas. Alcanzaba su acmé en Cuba una epidemia llamada de “neuropatía” que comprometía el nervio óptico y los nervios periféricos llevando a la ceguera y que terminó por afectar a 50.862 personas. La causa no era otra que la socialización de la miseria a pesar de una ayuda soviética anual de entre 900 y 1500 millones de dólares. Esos recursos peleaban en Angola mientras los isleños enceguecían. Una de las paradojas del socialismo que ama -¿odia?- al pueblo. El virus nunca fue aislado ni en el Instituto Pasteur de París ni por los virólogos de Bethesda, USA. El “virus del imperialismo” era hambre pura y simple, una forjadura, una trágica mentira…
Ignorancia, maldad y corrupción en medio de la abundancia, han permitido que Venezuela haya regresado a inicios del Siglo XX, cuando la salud pública era precaria y los conocimientos escasos. Las espantosas cifras de dengue, paludismo y chagas son una bofetada a los hacedores de patria que a lomo de mula vencieron poderosas endemias. ¿La explicación? Mística, una palabra inexistente en el diccionario de los “bolivarianos”. No existe el compromiso, no existe la moral, no existen los conocimientos, nadie se sonroja… La gelidez del corazón de estos sujetos no tiene parangón; escurren bultos visibles mientras se destapa la fetidez de la muerte.
Ahora es otro el virus, un ‘quinto’ serotipo productor de dengue, “producto de una guerra biológica”, un “CIA-virus” agresivo. Si hubieran regalado pipotes con tapa para almacenar el agua y así romper el ciclo del patas-blancas, y no bombillos productores de mercurio contaminante, otra historia estuviera siendo contada…
rafael@muci.com

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