martes, febrero 19, 2008

La ecolalia…

por Rafael Muci-Mendoza
Eco era una ninfa mitológica de los bosques que amaba su propia voz. Zeus la empleó para distraer a Hera su esposa, así que no le descubriera en adulterio. Hera, la más bella de las inmortales, descubrió el engaño y condenó a Eco a repetir sólo las últimas palabras que llegaban a sus oídos, de suerte que siguió repitiéndolas sin cesar hasta que de su ser sólo quedó la voz.
Ecolalia es una perturbación del lenguaje en la que un sujeto, a modo de eco, repite involuntariamente y en forma automática, inmediata o retardada, palabras de otra persona en lugar de ofrecer respuestas. En la mitología ‘bolivariana’, el ungido hace que sus delirios converjan hacia sí mismo, se considera como centro de atención de todos los pensamientos o actos de los demás y adora su propia voz, repitiendo frases y expresiones proferidas por Fidel; sus siervos, ausentes de noble moral e incapaces de tomar iniciativas con base a propia conciencia y parecer, repiten y cohonestan las excentricidades, desatinos y groseras expresiones de aquél. La negación o tergiversación de la verdad es para él, artículo de fe; para lo otros una oportunidad para la lisonja y el burdo arrastre.
Directores de hospitales desguarnecidos, escogidos de entre los más serviles, se guarecen en sus cubiles, se tornan invidentes, luego sordos y al fin, ecolálicos. Ninguno oye, ninguno hace, todos mienten, la impunidad campea… La remodelación de nosocomios sin la previsión que obliga el sentido común, lanza sobre la humanidad de desnutridos indefensos, el polvo ancestral con hongos y bacterias. Los médicos residentes y los estudiantes de medicina han expresado opinión y han sido minimizados. ¡Los enfermos son la flor de la maravilla! -les responde- Sin sangre joven, los hospitales y directores nada serían. …
rafael@muci.com

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