Enrique Pereira
Marzo 19, 2010
Números van y vienen. Mentiras al por mayor.
En esta fiebre inclemente por hacernos creer que están haciendo mucho, nos sigue prometiendo que “harán”. Como siempre, usa magnitudes de millones, toneladas y miles, sin entender con certeza de lo que está hablando.
Ayer, nos encadenó para la inauguración de un Mercal y de un centro de distribución de alimentos, en algún lugar de Maracaibo. Aseguró: “el plan de expansión de la cadena comprende la construcción de mil 221 establecimientos Mercal. La distribución de alimentos pasa de 100 mil a 110 mil toneladas, un aumento del diez por ciento. De ellos mil 180 serán mercalitos comunales de propiedad comunal”
Un aumento de diez mil toneladas anuales en la distribución, por la vía de abrir 1221 establecimientos nuevos, representa que cada uno de esos establecimientos venderá en promedio, 8200 kilos de comida en un año, o lo que es lo mismo 680 kilos de mercancía por mes o unos 22 kilos diarios de productos alimenticios.
Voy a ser bondadoso y le voy a doblar la cantidad de ventas por día a 44 kilos. Ese negocito nació quebrado, pues mantener una operación para vender tres o cuatro pacas de azúcar o harina de maíz por día, no paga ni el recibo de luz, menos aún los empleados. Chávez no usa calculadora, no ha manejado nunca un negoció, por lo tanto no sabe de qué habla.
Diez mil toneladas de alimentos se mueven, a razón de 22 toneladas, en una cuatrocientas cincuenta gandolas. Quiere decir que el aumento de la distribución que nos vende Chávez, es poco más de una gandola diaria adicional. ¿A que están jugando, cuando le hablan a un país entero, con cifras sin sentido alguno?
Según sus palabras, ayer mismo se estaban inaugurando 84 de esos mercalitos comunales en muchos lugares del país. Me imagino que cada uno de ellos se abrió con unos doscientos kilos de alimentos, que representan la venta de unos diez días.
Use la calculadora y entenderá que este manejo liviano de cifras, sólo se puede producir en una mente fantasiosa. Este es el tipo de fantasías que ha producido un desastre en este país y nos está llevando por un caminito que sólo conduce a la destrucción. Números equivocados o engañosos que inventan para mantener contenido a un pueblo que ya tiene un rollo de esta cabuya.
Es debe ser la misma calculadora que usa para contar a los súbditos del partido único de la revolución, que se cuentan por millones en sus alocuciones, pero nunca aparecen cuando se trata de votar, hacer concentraciones o marchas. Un país manejado de arriba a abajo con calculadoras que parecieren venir de la tierra del ratón Mickey.
Se están acabando los tiempos de seguir diciendo mentiras a un país que dejó de creer hace tiempo. Si algo le puedo aconsejar es que cambie la calculadora por una que tenga los números más grandes y que sólo hable de millones, pues de otro modo, no producirá efecto alguno. Asegúrese que sea de las que usan pilas, para que contribuya con el ahorro energético.