lunes, noviembre 12, 2007

¡Muera la inteligencia!

por Rafael Muci-Mendoza

A la cubana e invocando razones de Estado, se decreta vivir en la pobreza mental...

La destemplada suspensión del Boletín Epidemiológico Semanal que publicó en forma ininterrumpida el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social -hoy MSDS- desde 1940 por empeño del doctor Darío Curiel, es el hecho más inverosímil, deshonesto y vergonzoso ocurrido este año en el ámbito de la salud...

La edición correspondiente a la Semana Epidemiológica # 29, del 15 al 21 de julio, marca el último suspiro de la verdad. Su desaparición por un nuevo Millán Astray, aquel general fascista que en 1936 gritaba "¡Muera la inteligencia!", es en nuestra mohína realidad, un feroz ataque de la ignorancia, ¡Muera la epidemiología!, entiérrese la verdad, insúltese la inteligencia de un país. Pero, nunca es triste la verdad; lo que no tiene es remedio...

A la cubana e invocando razones de Estado, se decreta vivir en la negación y pobreza mental, intentando rehuir la negligencia en relación a ingentes problemas sanitarios que nos sojuzgan. ¿Qué de las instancias internacionales de salud pública con sede en Caracas? ¿Cohonestarán el arrebatón? Nos devoran las epidemias frente a los ojos invidentes del primitivismo violento y los médicos quedamos ayunos de información veraz. Nunca está más oscuro que cuando ya va a amanecer...

En La Restauración Liberal # 927 del 2 de febrero de 1903, Luis Razetti, médico sensible, alzó su voz en un artículo titulado "Mortalidad de Caracas en 1902", llamando la atención del Gobierno acerca de la espantosa cifra de mortalidad infantil mayor que en otras capitales del mundo: 35 por mil; el número de muertos sobrepasaba con creces los nacidos y la ciudad se despueblaba. No le gustó a los mimosos del mandón y debió purgar exilio en Curazao. Honda cuita debe producirle la sumisión médica del hogaño.

La verdad aunque severa, es una amiga verdadera.

Rafael Muci-Mendoza
rafael@muci.com

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